viernes, 26 de julio de 2013

Chispas

Recreé en mi imaginación cientos de veces
cómo serías, 
cómo sería tu piel, tus manos, tus ojos,
cómo sería tu aroma, a qué sabrían tus labios,
cómo se sentiría mi corazón al tenerte frente a mi.

Y entonces las horas me llevaron hasta ti,
a medida que me acercaba,
que la distancia se hacía pequeña,
sólo pensaba en las horas que me regalaste,
comprendía cómo me abriste las puertas de tu mundo.

El reloj impaciente iluminaba la estancia,
te añoraba,
te ví, caminando hacia mí,
sentí que me abrazaba una cálida sensación,
ese primer instante pareció tan natural,
tus brazos me rodearon con dulzura,
como un refugio claro y tibio para mis sueños.

Lejos de cualquier duda,
mis labios encontraron el camino a los tuyos,
se tocaron suavemente, conociéndose, repasándose,
los pechos se acercaron,
como para hablar de corazón a corazón,
y los días esperando por ti tuvieron sentido.


No hay comentarios:

Publicar un comentario