miércoles, 5 de enero de 2011

Besos

Un beso que se adorna con un callado anhelo es una obra de arte, es una sublime expresión de un corazón embelesado con otro. Hay besos que se pierden en el frío desprecio del olvido, besos solitarios que jamás hallaron el camino hacia los labios por los que nacieron. Hay besos llenos de lujuria, de pasión; besos que se convierten en caricias y caricias que se convierten en besos. Hay palabras que sueñan con dibujar besos, pero tal esperanza es osada hasta para el más bello soneto del más inspirado de los poetas. Hay besos que se dan con ternura, otros con premura; besos del alma, de la piel, de las entrañas. Los besos se devalúan en los labios peregrinos que no se deleitan con su poder, pero se enaltecen en los labios enamorados que los portan con orgullo, con placer. Son un roce cadensioso capaz de cautivar hasta el más frivolo de los seres. Pero no todo es luz cuando se trata de besos, pueden ser un sutil veneno, una trampa mortal, un enmarañado peligro dificilmente repudiable, pues hasta una adicción pueden ser. Hay besos que se dan con tal deseo que dejan una huella imborrable, un tatuaje de esos labios. Besos de día, de noche; besos a todas horas, besos de colores o a blanco y negro. Besos, un obsequio delicado e invaluable cuando se dan con sinceridad. Besos humedecidos con lluvia que saben a manantial y realzan la encantadora tibieza de dos cuerpos que se acercan tremulos bajo las gotas. Retahílas infinitas podría escribir sobre los besos, sin lograr siquiera aproximarme a la descripción de la magnifica conjunción  de sensaciones que bailan al son de un beso.

2 comentarios:

  1. Uish, que buen post:
    Me encantó esta frase
    "Hay besos que se dan con tal deseo que dejan una huella imborrable, un tatuaje de esos labios"

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  2. Interesante escrito, me gusta la forma como se abordan todos los significados que puede tener un beso. Definitivamente ellos son una intensa expresión de nuestro sentir.

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