Te escucho en cada nota de ese saxofón que me seduce, te aproximas con sigiloso encanto sin apartar tu mirada de la mía, como hipnotizandome, mis sentidos se descontrolan con tu aroma, es una fragancia que desvanece cualquier restricción de mi piel. Te percibo, te presiento, apenas eres una sombra en la distancia pero te construyó de a poquitos en medio de la luz opaca. Por un momento vuelvo a ser consiente de mi cuerpo, que parece estar congelado, tiritando pero no precisamente de frío, mi corazón queriendo escapar de mi pecho, arrastrándome hasta ti...
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