sábado, 21 de mayo de 2011

Del amor y otras causas perdidas...

Todo le circunda en redundante algarabía, siendo el mismo toda la locura y toda la pasión que un alma pueda conocer. En el ajetreo de las palabras muchos le confunden con otros estados menos puros, todos le quieren imitar pues a su dialéctica pocos pueden igualar. Emanan de él todos los colores, todas las frases y la fuerza que el hombre solo conoce cuando siente que ya no la necesita. Epitafio de los dolores y póstumo homenaje a las batallas diarias. Es una idea, un ideario, una entelequia y a la vez es el punto más próximo a lo materializable del ser. De rostro en rostro va, de boca en boca, de mano en mano, de corazón en corazón, pero aunque todos le llamen no todos le dejan vivir en su regazo. Bajo el farol mojado de la esquina, sin más luz que un bombillo titilante, él se aferra a la vida, al mundo... 

Algunos dicen que no creen en él, y es que no hay nada que creer, no es una cuestión de convicción, es más como algo implícito, quizá hasta un tanto ilícito, tal vez robado del Olimpo. Sonará exagerando pero no se puede juzgar su inmensidad hasta que  una abrumadora corriente te arrastra cielo arriba.

Le han condenado, maltratado, engañado y estafado, pero jamás olvidado. En su nombre y en su contra se han derramado muchas lágrimas, sin ver que finalmente es el quien trae la paz.

2 comentarios:

  1. wow hermoso, es bastante impresionante como decirlo, maravilloso? me identifico muxo con este escrito :D

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  2. Que buen poema, gracias por regalar esas palabras a mi imaginación.

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