jueves, 9 de septiembre de 2010

Una balada

Una balada taciturna y amarga, que destile nota a nota un poco de tristeza,
un sabor a pasado frío, a calor apagado, a placer falso.
Una caricia a medias para engañar a la melancolía.
Te basta en noches de lluvia un abrazo mal dado?
Esa voz que cantándole al dolor me devuelve a aquel día perdido
en la monotonía, es voz mi única compañía.
Cabria aquí una historia, nuestra historia, la más corta...
pues en la distancia te vi, dibujé en mi mente cada noche de tu mano,
cada mañana desayunando, cada beso enamorado y después...
solo un instante después cruzaste la esquina sin regreso, y así
me quedé sin los besos, sin saber tu nombre o tus deseos.
Así me quedé solo con el piano de siempre
y el amor en la punta de la piel...

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